¿Dios se hizo hombre? (parte 4 de 5)

¿Dios se hizo hombre?

La pregunta que falta es si Dios se hizo hombre.  Hablando lógicamente, la respuesta es no, porque el concepto de Dios hecho hombre contradice el significado básico de la palabra “Dios”.  La gente comúnmente dice que Dios puede hacer todo; cualquier cosa que desee, puede hacerla.  La Biblia de los cristianos dice lo siguiente: “…para Dios, todo es posible” (Mateo 19: 26; Marcos 10: 27, 14: 36).

El Corán de los musulmanes dice:

“…Ciertamente, Allah (Dios) tiene poder sobre todas las cosas.” (Corán 2:20)

Las escrituras hindúes tienen también textos con significados similares.

Todos los principales textos religiosos contienen expresiones generales relacionadas con el concepto básico de la omnipotencia divina.  Dios es Más Poderoso que todo lo que existe, y a través de Él todo es posible.  Si se traduce este concepto general a términos prácticos, uno debe primero identificar y entender los atributos básicos de Dios.  La mayoría de las sociedades perciben a Dios como un ser eterno, sin comienzo ni fin.  Sobre la base de que Dios puede hacerlo todo, ¿cuál sería la respuesta a la pregunta sobre si Dios podría morir? Dado que morir es parte de ese “todo”, ¿podría decirse “Si así lo deseara”? Por supuesto que no.

Entonces estamos frente a un problema.  Dios se define como un ser eterno, sin fin, y morir significa “llegar a un fin”.  Por lo tanto, preguntar si Dios puede morir es en realidad una pregunta sin sentido.  Se contradice a sí misma.  De igual manera, preguntar si Dios puede nacer también es absurdo, porque Dios ya fue definido como eterno, sin un comienzo.  Nacer significa tener un comienzo, pasar de no existir a existir.  En la misma línea, los filósofos ateos suelen preguntarles a los creyentes: “¿Puede Dios crear una roca que sea tan pesada que Él mismo no pueda levantarla?”.  Si el creyente responde que sí, significa que Dios puede crear algo más grande que Él y sobre lo que no tiene control.  Si la respuesta es no, significa que Dios no tiene poder suficiente para crear cualquier cosa.

Por lo tanto, la palabra “todo” en la frase “Para Dios todo es posible”, excluye los absurdos.  No puede incluir aquellas cosas que contradigan Sus atributos divinos; cosas que lo harían menos que Dios, como olvidar, dormir, arrepentirse, crecer, comer, etc.  Por el contrario, incluye sólo “todo” aquello que sea consistente con su carácter divino.  Ese es el significado de la frase “Para Dios todo es posible”.  No debe entenderse en sentido absoluto; debe ser algo específico.

La afirmación de que Dios se hizo hombre también es un absurdo.  No es propio de Dios adoptar características humanas, porque significa que el Creador se ha convertido en Su creación.  Por el contrario, la creación es un producto del acto creativo del Creador.  Si el Creador se convirtió en Su creación, significaría que el Creador se creó a Sí mismo, lo cual es obviamente un absurdo.  Para ser creado, primero tendría que haber sido inexistente; y si no existía, ¿cómo pudo entonces crear? Más aún, si fuera creado significaría que tuvo un comienzo, lo cual también contradice su carácter eterno.  Por definición, la creación necesita un creador.  Para que los seres creados existan debe haber un creador que los haga existir.  Dios no puede necesitar un creador porque Dios es el creador.  Por lo tanto, existe una contradicción obvia en dichas afirmaciones.  La noción de que Dios se convirtió en Su creación implica que necesitaría un creador, lo cual es un concepto absurdo, que contradice el concepto fundamental de que Dios no fue creado, y que no necesita un creador ya que Él es el Creador.

¿Puede el hombre convertirse en Dios?

El hombre es un ser limitado (es decir, es creado).  El hombre nace y luego muere.  Esas son características que no se le pueden atribuir a Dios porque lo igualan con Su creación.  Por lo tanto, Dios no se hizo ni se hará hombre nunca.  Por otro lado, el hombre tampoco puede alcanzar la divinidad.  Lo creado no puede volverse su propio creador.  Lo que fue creado alguna vez no existía antes.  Pasó a existir por el acto creativo de un Creador que siempre existió.  Lo no existente no puede hacerse existir a sí mismo.

En cuanto al concepto paralelo de que el alma o el espíritu humano es divino, es una manera de decir que el hombre puede hacerse Dios.  Esta filosofía forma la base del misticismo griego, cristiano y musulmán, como también de la teología hindú, y extiende la divinidad a todos los humanos y posiblemente a todas las criaturas vivas.  Comienza con la premisa de que, en algún momento de la historia del universo, pequeñas partes de Dios comenzaron a ser rodeadas por cuerpos materiales y fueron confinadas en la tierra.  En otras palabras, lo infinito pasó a estar contenido en lo finito.  Esta creencia le atribuye el mal a Dios, y finalmente elimina el significado del bien y el mal.  Cuando el alma humana pretende hacer el mal y lo hace con el permiso de Dios, tal acto es puramente malo y digno de castigo.  De allí que se inventó el concepto de karma.  Todo lo que va, vuelve.  El karma explica el inexplicable sufrimiento, afirmando que es la consecuencia del mal en una vida anterior.  Dios castiga todo el mal provocado por Sus partes dentro del hombre.  No obstante, si las almas humanas tienen una voluntad distinta a la de Dios, no pueden ser Dios al mismo tiempo.  Así, cada ser humano se convierte a sí mismo en un dios.

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